Qué difícil resulta darle la espalda a esta sociedad, al anonimato del que creemos formar parte inevitablemente. El ritmo frenético, que asumimos como “normal”, termina inexorablemente abrazando el espacio de lo espontáneo, de lo natural… Espero aprender a no encontrarme disponible para esta sociedad, junto a vos.
A esta composición le has puesto el ritmo que se merece. Y todos y cada uno de nosotros se merece un mejor ritmo. ¿No es cierto que cada momento puede estar lleno de trascendencia?
Qué difícil resulta darle la espalda a esta sociedad, al anonimato del que creemos formar parte inevitablemente. El ritmo frenético, que asumimos como “normal”, termina inexorablemente abrazando el espacio de lo espontáneo, de lo natural…
Espero aprender a no encontrarme disponible para esta sociedad, junto a vos.
A esta composición le has puesto el ritmo que se merece. Y todos y cada uno de nosotros se merece un mejor ritmo. ¿No es cierto que cada momento puede estar lleno de trascendencia?