el destino se escribiría con esa moneda
cayó sobre la antigua mesa de madera
con un golpe seco ensordecedor
inhaló hasta no poder más
contuvo la respiración
ya todo estaba dicho
era tiempo de actuar
ya no había que esperar
el sol ya se asomaba
por la ventana
lo invitaba a salir a caminar
a encontrarse con la vida
abrazarla sin pretexto
con lágrimas en los ojos
se entregó a sus brazos
soltó el aire, mientras
decía con el alma
no tenés idea
cuanto te he esperado