!/images/33.jpg (Eduardo Machón – http://www.panoramio.com/photo/133)!
_»puta teclado que no escribe lo que quiero sino lo que escribo» -sanga_
Alisto todo, que en este caso, no ocupaba nada más que él. Partió hacía donde le gritaba la razón, que afortunadamente, esta vez era el mismo destino que marcaba el corazón. Pensó en lo ausentes, casi resbalan unas cuantas lágrimas. Pero prefirió dejarlas en sus ojos. Guardando ese húmedo recuerdo en su ser. Le dio las gracias por haberlo visitado aquel día en sus sueños, que sin haber dicho nada lo dijo todo.
Se acercó a la puerta, el corazón desbordado se adelanto a abrirla. A diferencia de las demás veces, en vez de entrar, el viento salió. Un paso más y oficialmente habría comenzado. Dio cuatro de un solo tirón, dejando la puerta abierta. Invitando así a quien le haga falta un hogar.
No se volvió a saber nada de él… Decían por ahí que lo habían visto por última vez abordando un tren… pero nunca nadie lo vio bajar… Años más tarde, en uno de los inviernos más fríos que han sucedido desde entonces, una niña aseguro haberlo sentido en la brisa reconfortante que escapo de su casa al abrir la puerta.
cuatro de un solo tirón? olvídelo… veinte y a ver quien nos alcanza.
Dejar la puerta abierta para invitar a entrar a quien le haga falta un hogar. Ojalá dejemos abierta la puerta de nuestro corazón… a muchos hace falta abrigo, calor…