4 comentarios en «there goes my hero, he’s ordanary»

  1. Tracey Hill era una niña en un pueblo de Connetticut y practicaba entretenimientos propios de su edad, como cualquier otro tierno angelito de Dios en el estado de Connetticut o en cualquier otro lugar del planeta.
    Un día, junto a sus compañeritos de la escuela, Tracey se puso a echar fósforos encendidos en un hormiguero. Todos disfrutaron mucho de ese sano esparcimiento infantil. Pero a Tracey le impresionó algo que los demás no vieron, o hicieron como que no veían, pero que a ella la paralizó y le dejó para siempre una señal en la memoria:ante el fuego, ante el peligro, las hormigas se separaban en parejas, y de a dos, bien juntas, bien pegaditas, esperaban la muerte.
    EDUARDO GALEANO, “El libro de los abrazos”.

  2. Olvidate de tu vida. Olvidate de lo que creiste ser de lo que creiste saber. Olvidate del dinero ganado o perdido, del trabajo que no pudo ser. Olvidate de lo que mostraron las noticias. Olvidate de lo que viste en el atardecer. Porque llega un hombre con una camara y un abrazo y sin saber por que sonries y lloras. El mundo es simple y humano. El mundo no es mas que amor.

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